Mi viaje personal a mi IKIGAI empieza en Enero del 2022, después de esas navidades y de haber pasado la pandemia donde mi trabajo había cambiado por las medidas del Covid, me di cuenta que no me sentía bien, estaba perdida, nerviosa, con poca paciencia con los niños, llevando una vida y rutinas que no eran las que yo quería, no era feliz. Entonces tuve una charla con mi marido al cual dejé exhausto y tomé la decisión de cambiar todo eso y buscar ayuda para calmar esos sentimientos y sensaciones que me angustiaban.
Presenté la baja voluntaria en la empresa, sí que es verdad que el Erte que hacían me facilitó salir cómodamente del trabajo que llevaba haciendo desde los 20 años, un trabajo que inicié pues me gustaba viajar y decidí estudiar Turismo, aunque eso no hacía que estuviera viajando constantemente, pero si me facilitaba hacerlo con algunas ventajas.
El 15 de Mayo del 2022 pasé a estar en el paro, situación en la que nunca había estado.
Ese verano quería vivir, hacer cosas que llevaba tiempo soñando, ir a Disneyland Paris con mi familia, encontrar la calma en mi interior, cuidarme por dentro, por fuera, en todo mi ser. Para ello busqué ayuda de una Terapeuta, recomendación que venía diciéndome hacía mucho tiempo la PNI que me trataba a nivel digestivo desde hacía unos años.
Necesitaba ayuda para gestionar lo que suponía salir de mi zona de confort, el ser valiente de hacer un cambio de 360 grados a los 44 años, era vital tener ese apoyo para poder tener las herramientas para llevar de la mejor manera posible ese cambio. Evidentemente, cuando te pones en manos de un terapeuta se tocan todos los problemas, preocupaciones, inquietudes, miedos, roles familiares, roles de pareja, sueños, … por lo que es recomendable estar en manos de un profesional que nos acompañé en todo ese proceso. En mi caso encontré a Sonia una persona con luz que me ha guiado, ayudado y me acompaña todavía en mi crecimiento personal.
El verano se presentó una inesperada sorpresa, intervienen a mi madre de un problema de corazón. Todo eso alteró mis planes, de los 4 hijos yo era la que tenía mayor disponibilidad y decidí ayudar a mis padres como se merecían. Cada día iba a su casa y estaba por ellos, esto me permitió conectar y conocerlos más a fondo.
A pesar de este imprevisto, en octubre decidí empezar a buscar mi nuevo rumbo, no sabía exactamente que quería hacer, pero después de una entrevista con Mónica de LHH, afloró lo que tenía dentro. Me apasionaba ayudar a la gente a sentirse mejor, a sacarse partido con la ropa, asesorar a las personas con sus looks.
Desde pequeña ese don lo tenía, yo era una niña que siempre iba combinada con complementos, no salía de casa sin ir conjuntada, era muy presumida, vergonzosa, pero me gustaba ir a la moda y a la última. Por lo que ahí estaba mi valor añadido, mi don innato, la imagen personal siempre me había gustado. Os tengo que confesar que en mi adolescencia tuve mis inicios en el tema de Modelo, me presenté a varios certámenes y en el de Miss Sabadell quedé Miss Elegancia. Esto me abrió las puertas para poder desfilar para diferentes marcas, pero lo que hablábamos de las creencias familiares, ahí aparecieron, mi madre decidió que no fuera posible, el hecho de no saber nada de su niña en varias horas no le hacía ninguna gracia y puso fin a ese sueño que tanto me gustaba.
Tengo que aclarar que puedo entender esa decisión hoy que soy madre, aunque en ese momento no lo entendiera.
Bueno, sigo con mi relato, que me voy por las ramas!
Mónica y yo vimos claro que lo mejor era empezar con un curso de Nuevos Emprendedores. El primer módulo lo daba Andoni Rodriguez de Galarza, formador que me transmitió su motivación, su pasión de que lo importante es hacer lo que amas, trabajar con pasión y detectar ese don innato que tenemos y potenciarlo y utilizarlo.
Lectura recomendada de este primer módulo : “El método IKIGAI” , libro que compré al día siguiente, y al iniciar la lectura y adentrarme en sus páginas descubrí cual era mi camino.
En total fueron 9 módulos cada uno con un mentor diferente, pero todos ellos me aportaban conocimientos enriquecedores y herramientas para iniciar ese sendero. Os dejo algunas frases que me calaron muy a dentro cómo:
“Si quieres hacer algo que nunca has tenido tendrás que hacer algo que nunca has hecho”
“Nada cambia si no cambiamos nada”
y otra que me pareció muy acertada
“La zona de confort es un hermoso lugar, pero nada crece allí…”
Con todos estos nuevos conocimientos tocaba decidirse y hacer lo que Andoni me dijo: Los sueños se trabajan, se madrugan. La suerte no existe, no pasa por el sofá de tu casa.
Pero apareció el miedo, el miedo a no ser capaz, mi mente me boicoteaba y hice algunos otros cursos y así demoraba ese paso que tanto ansiaba y que, a la vez me atemorizaba.
Fue entonces cuando el destino decidió pararme. El 17 de Marzo de este año (2023), empecé a encontrarme mal, ingresé en el hospital y el día 19 de Marzo me intervenían por tercera vez de una oclusión intestinal.
Esto provocó un choque en mi mente, no entendía por qué, como era posible que cuando creía que mejor estaba me volvía a suceder. Esto me derrumbo, me hundió totalmente, me costó varios meses entender que ese aviso era un ULTIMATUM, tenía que seguir mi instinto y hacer lo que me apasiona.
Os dejo otra fase que me ha removido en este proceso: “De aquí 20 años nos arrepentiremos de las cosas que no hicimos y no de las que hicimos “
Y aquí estoy creando mi web, con ella quiero que me conozcáis, que os sintáis atraídos por mi esencia y pasión en lo que hago, mi objetivo en transmitir comodidad, confianza, un lugar dónde acudir para ayudaros en muchos aspectos de nuestro día a día.